TDAH y prematuridad

Las preocupaciones para los padres de niños prematuros no se acaban cuando se recibe el alta hospitalaria. Las secuelas a largo plazo que pueden derivarse de un nacimiento pretérmino mantienen alertas a las familias, especialmente durante la primera infancia. Entre los temores más frecuentes se encuentra la posibilidad de que se desarrolle un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Hoy hablamos de ello con Carla A. Carvalho, fundadora del portal Hablemos de Neurociencia y neuropsicóloga en el Instituto Andaluz de Neurología Pediátrica.

Según explica la especialista, si bien es cierto que, en la actualidad “no podemos señalar una única causa  relacionada con este trastorno del neurodesarrollo sabemos que el funcionamiento deficitario de determinadas estructuras cerebrales se relacionaría  con la aparición del mismo”.

En este sentido, continúa Carvalho, debemos hacer alusión al córtex prefrontal (estructura íntimamente ligada al funcionamiento ejecutivo), así como el cuerpo calloso (estructura que establece la conexión entre ambos hemisferios), los ganglios basales (encargados del control de impulsos) y el cíngulo anterior (íntimamente ligado a la gestión emocional). Y son precisamente estas regiones las más susceptibles de padecer daño en los niños prematuros. Por ello y, teniendo en cuenta lo anterior, “no es de extrañar que las cifras de niños prematuros con TDAH vayan en aumento”, señala.

Teniendo en cuenta estos datos, ¿Se puede trabajar desde la atención temprana para tratar de aminorar el impacto que pueda tener la prematuridad en el desarrollo de los bebés?

Según señala la neuropsicóloga, “en los niños prematuros la intervención temprana es clave con el objetivo de paliar, minimizar e incluso eliminar las dificultades cognitivas que éstos presenten”.

Sin embargo, continúa Carvalho, para realizar esta intervención previamente deberemos llevar a cabo una evaluación exhaustiva, proceso que nos aportará información clave para el proceso interventivo, creando de esta forma un programa adaptado a las verdaderas necesidades y características del menor.

Teniendo claro cómo se puede trabajar desde la incubadora la gran pregunta que se plantean los padres de prematuros es ¿Hasta cuándo hay que estar alerta? Según señala la especialista, “no existe una respuesta única, todo dependerá de las dificultades que presenten los niños y de cómo vayan evolucionando a lo largo del tiempo” lo que en gran medida depende también del grado de prematuridad del bebé.

Según Carvalho, habrá casos en los que esta atención pueda desaparecer al llegar a la infancia, otros en los que deberá permanecer hasta llegar a la adolescencia e, incluso casos más extremos en los que se requerirá atención específica incluso en la adultez. Por ello, apunta, es muy importante contar con la opinión de expertos en la materia. Pofesionales que, sin duda, te ayudarán a resolver todas las cuestiones ligadas al desarrollo de los más pequeños de la casa”.