Lactancia materna. El oro blanco

¿Se puede amamantar a un prematuro? No solo se puede si no que se debe. La leche materna es, sin lugar a dudas, el mejor “medicamento” que se puede ofrecer a estos pequeños guerreros. Diseñada exclusivamente para ellos, sin contraindicaciones y con una amplia lista de beneficios. Es el oro blanco de mamá.

Nada ha salido según lo previsto. Tu bebé ha venido al mundo antes de lo esperado y tendrá que estar en la incubadora un tiempo. ¿Qué puedes hacer por él? Pues nada más y nada menos que lo único que no podrán hacer médicos y enfermeras: amamantarlo.

Al principio tu calostro y tu leche se le administrará, desde las pocas horas de vida, a través de sondas, pero con el paso de las semanas llegarás a tener a tu pequeño al pecho regalándole lo mejor de ti, la mejor protección contra complicaciones como la enterocolitis necrotizante, una de las principales patologías que pueden sufrir los prematuros en sus primeros 15 días de vida.

Según explica la neonatóloga del hospital Gregorio Marañón de Madrid, Silvia Caballero, “la leche materna del prematuro es diferente de la de un niño a término. Es especial para ese bebé, está preparada para que su intestino la pueda absorber y metabolizar. El organismo de la madre reacciona a esa situación de prematuridad y genera una leche diferente”.

Caballero explica que analizando la leche de madres de grandes prematuros se ha observado que está compuesta por oligosacáridos e hidratos de carbono diferentes de la leche materna de un bebé a término.

Partiendo de esta premisa en el banco de leche materna del hospital Gregorio Marañón se está trabajando desde un nuevo enfoque. Hasta el momento la leche donada a los bancos es de madres que ya están en casa con sus bebés.

Ahora lo que se está haciendo de manera pionera en el Gregorio Marañón es tratar de individualizar, de manera que se done calostro de madres de bebés de 25 semanas para administrársela a prematuros de más o menos ese tiempo.

Según Caballero, “cuando las mamás empiezan a generar calostro normalmente producen más del que su bebé va a tomarse en un día. Un bebé de 800 gramos”, señala, “consume entre 20 y 30 centímetros cúbicos de calostro al día. ¿Qué hacemos con el resto? No tiene sentido congelarlo”, explica la neonatóloga.

A partir de los 5 días el calostro pasa a ser leche de transición y a los 20 días una leche madura.  “Lo que necesita el niño cuando ya está en casa” señala Caballero, “es una leche madura con un rico contenido en grasa para favorecer su desarrollo neuronal, así que el calostro que sobra es mejor donarlo para niños de pocas semanas”.

Los pros de la lactancia materna en prematuros están comprobados científicamente. Según explica la doctora, “se han demostrado beneficios a la hora de alcanzar la alimentación completa con leche materna, además permite quitar antes los catéter evitándose así riesgo de infecciones y se mejora la ganancia ponderal, además de contribuir a evitar retinopatías”.

Para conseguir una lactancia materna exitosa es fundamental “apoyar a la madre, ayudarla en momentos de estrés para que vaya estimulándose poco a poco y pueda generar la leche que necesita su bebé”, explica Caballero.

“Una de las pocas cosas que pueden hacer los padres sin que nosotros tengamos nada que ver es darle la leche a su bebé y hacer canguro. Hay que darle valor a los padres para que vean que son muy útiles estando ahí y fundamentales para sus hijos”.

Un comentario sobre “Lactancia materna. El oro blanco”

  1. Felicidades Encarna por tu nueva criatura! Me imagino que con todo el ajetreo que tienes en casa con las tres pequeñas no es nada fácil hacer cosas tan bien hechas como éstas.
    Me ha encantado el post, no tenía ni idea de que el calostro que generan las mamás de prematuros es diferente🤔, muy interesante! Seguiremos aprendiendo cosas de tu mano. Gracias!😘😘

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