Preeclampsia, Eclampsia y Síndrome de HELLP. La tríada de la prematuridad

¿Has oído hablar de la preeclampsia, la eclampsia y el síndrome de HELLP? Estas tres complicaciones de la tensión alta durante el embarazo pueden dar lugar a un parto prematuro. Pero ¿Qué es cada una de ellas?

Según explica el corresponsable del servicio de de ginecología y obstetricia del hospital QuirónSalud Marbella, Francisco González, “hablamos de preeclampsia cuando la tensión alta se acompaña de presencia de proteínas en la orina después de la semana 20 de embarazo y/o un Doppler uterino patológico”.

Se considera hipertensión en el embarazo cuando se manejan cifras tensionales  de TAS (tensión arterial sistólica ) >= 140 y TAD (tensión arterial diastólica ) > = 90,  tomada en dos ocasiones separadas 6  horas con un reposo  previo de 10 minutos y el brazo a la altura del corazón.  El manguito de presión debe ser adecuado al brazo de la paciente. Cuándo esto ocurre y nos encontramos por encima de la semana 20 de embarazo,  hablamos de hipertensión gestacional. 

ECLAMPSIA Y SÍNDROME DE HELLP

Si a esto le sumamos la aparición de convulsiones, en el contexto de hipertensión y sin ninguna otra causa que lo justifique hablaríamos de eclampsia mientras que una preeclampsia agravada con alteraciones en la coagulación y hepáticas pasaría a considerarse un síndrome HELLP.

Según el doctor González, en este último caso hablamos de una “preeclampsia que cursa con alteraciones en la analítica de sangre ya que se altera la bilirrubina, bajan las plaquetas, aparecen enzimas hepáticas altas…” 

Al margen de estas situaciones puede darse la hipertensión crónica que se da en pacientes con una hipertensión previa, es decir, con hipertensión antes de la semana 20, o que estaba diagnosticada previamente al embarazo. En estos casos la situación se puede agravar o no en el embarazo.

CAUSAS Y TRATAMIENTO

Pero, ¿qué provoca estas situaciones? A día de hoy se sabe qué va a suceder cuando se produce cualquiera de estos tres tipos de complicaciones de la tensión alta en el embarazo. Lo que no está tan claro es qué lo provoca. Inicialmente se considera que el problema es de tipo inmunológico y se comienza a producir en la primera placentación. Por decirlo de otro modo, es como si el cuerpo rechazara el embarazo desde el principio.

¿Qué se puede hacer ante esta situación? Según explica el doctor González “la preeclampsia no se cura. El único tratamiento para acabar con ella sería extraer la placenta que es la que está provocando las alteraciones así que lo que se hace es tratar de mantener a la madre con una tensión normal alcanzando un compromiso entre el bienestar fetal, materno y la prematuridad”.

El objetivo es que  el bebé permanezca el mayor tiempo posible dentro del vientre materno sin que suponga un riesgo excesivo para la mujer ya que, según González,  la prematuridad, hoy en día, “es uno de los principales factores de morbilidad perinatal”.

FACTORES DE RIESGO

¿Quiénes son más propensas a sufrir una preeclampsia? Según explica el corresponsable de ginecología de QuirónSalud Marbella los factores de riesgo son los primeros embarazos, la obesidad, antecedentes familiares de preeclampsia-eclampsia, el hecho de haber padecido preeclampsia en una gestación previa, la hipertensión crónica, la existencia de una enfermedad renal crónica, sufrir diabetes mellitus pregestacional, los embarazos múltiples y la presencia de trombofilias

Si durante el embarazo de tu primer bebé sufriste preeclampsia y esperas un segundo hijo tu médico aplicará un tratamiento profiláctico con aspirina antes de la semana 16 para tratar de evitar que vuelva a producirse esta situación. No tiene por qué volver a repetirse, pero como se suele decir, más vale prevenir que curar.

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